Buenas, me llamo José M. y quería trasladarle mi experiencia como Manifestante de Primera (por ponerle un grado, que ya lo tengo bien merecido). Soy, ante todo, católico, español y sentimental. No es que haya leído nunca a Valle-Inclán, pero recuerdo que en el bachillerato el libro de literatura decía algo parecido de este excéntrico escritor. Pues eso: no soy gallego, claro, pero sí tengo una gran admiración a esa tierra del noroeste, sobre todo porque representa como pocas otras regiones (quizás Quintanilla de Onésimo y sus alrededores, y, desde luego, Salamanca) el bastión de una España que algunos pugnan por hacer desaparecer. No me vengan con risas y me llamen franquista: soy muy joven para haber sido franquista, aunque me consta que no todo fue tan terrible como nos lo quieren vender -lo he visto en "Cuéntame", en "La Aventura de la historia", ambas series de nuestra Televisión Nacional ahora vendida al pecado y a la mediocridad, y se lo leí a Pío Moa en un chat. Explico esto porque no crean que he leído sus libros, aunque en la Feria del Libro de Madrid compré el último, y este hombre -gran hombre- tuvo a bien firmármelo. Fue en un ratito que tuve hace dos sábados, antes de manifestarme en contra de quienes están traicionando a las víctimas del terrorismo. Perdonarán si en mi escrito resulto exaltado o incluso confuso: es difícil expresar todos los sentimientos que alberga mi corazón y estas semanas ando que no doy a basto, montando continuamente en autobuses para ir a manifestarme, como es mi deber de ciudadano. Además, el concejal de cultura del pueblo cuenta conmigo siempre para ayudarle a llenar el autobús, y no voy a dejarle en la estacada.
¿Dónde estaba? Hablaba de Galicia. Sé que no debería, porque en el Partido (el Único, quiero decir, el Partido Popular que se ha quedado solo en la defensa de España y de lo que importa) está la consigna que de estas manifestaciones de junio no tienen nada que ver con las elecciones gallegas, pero a mí me da igual, porque todos sentimos que en Galicia se puede cometer un error terrible, si no se deja de nuevo que nuestro Don Manuel vuelva a ser presidente de la Xunta. Especialmente porque, una vez más, el PSOE va a echar mano de los nacionalistas y cometer sus tropelías y dejar que el terrorismo se apodere también de esa tierra. ¡Nos quedaremos hasta sin mariscos, estoy seguro! No crean que exagero, o que escuchar tanto a Jiménez Losantos me ha trastocado el sentido. Todo lo contrario: como pocas veces entiendo que muchas cosas están en juego. Así que este próximo sábado, cuando nos manifestemos con lo del atentado contra la familia que pretende el lobby Gay (espero encontrarme con Doña Ana Botella y darle las gracias por su claridad de miras y de exposición en este asunto: desde que la escuché lo de las peras y las manzanas entiendo perfectamente que no podemos tolerar que llamen matrimonio a esa falsa moneda del todo vale, del sexo y los placeres donde debería estar el alto valor de la familia y la maternidad), todos pensaremos en Galicia, y lo gritaremos bien alto. En Madrid no es jornada de reflexión, así que no se quejarán.
Lo del lobby gay y todos esos homosexuales y lesbianas que salen en televisión provocando a las familias que intentamos tirar adelante con nuestro trabajo y nuestros hijos, darles un futuro que se merecen en una España en paz y que ahora también es europea, es un delito que el PSOE está dejando impune. No podemos tolerar que se use el Parlamento para devaluar algo como las familias. Y ahora se lo meten a nuestros hijos en la televisión pública aprovechándose de la popularidad de los Lunis, que mi hija pequeña venía el otro día con una amiga de clase y le suelta a mi santa: "mamá, Irene y yo vamos a casarnos en una boda bollo". A mi santa casi casi le da un patatús, se le cayó el cucharón con que removía un cocido y se quemó el brazo. Las niñas, pobrecitas, claro, se asustaron y salieron corriendo diciendo que nosotros éramos unos fascistas trasnochados. Y mi hija tiene ocho años, así que comprenderán que me queje: ahora sí que está todo manipulado y es perverso. Pero ahora la mayoría parlamentaria del PSOE maniatada por los catalanes republicanos (¡Dios, republicanos! ¿dónde están los hombres de bien?) está permitiendo que esas cosas se vean todos los días en la televisión. Ahora no se quejan, lo hacían cuando el chico este tan alto y tan bien plantado, Urdaci, expicaba la verdad de lo que estaba pasando en esa conjura de comunistas y socialistas, ateos, homosexuales, republicanos y catalanes que robaron el poder con el montaje del 11-M.
Allí estaré, claro, como estuve el otro día en Salamanca. ¿Pues no quieren desmembrar un archivo nacional para darle gusto al filoterrorista ese de Carod? De poco me vale que unos intelectuales pagados por el poder dictaminaran que era mejor así. Ya lo decían los socialistas cuando llevaban la alcaldía de Salamanca. Bueno, también lo dijo hace 25 años Don Manuel, pero son cosas que dice Don Manuel y que no son de tener en cuenta. A mucha gente esto puede parecerle sorprendente. A mí no: está clarísimo. Es como cuando habla de Cuba y negocia con Fidel. ¿Se creen que no sabe el Sr. Fraga que Cuba es una dictadura asesina? Claro que sí, pero como gallego sabe que es mejor buscarle la vuelta. Así que no me vengan con que el PP no tiene coherencia, o que ahora se lanza a manifestarse cuando antes se quejaba de los que se manifestaban. ¡Es que no era lo mismo! ¿No está claro cómo se manipulaban las manifestaciones en contra de la guerra? Aquello era simplemente un ataque al gobierno con la excusa de lo de Irak.
Si no, piensen un poco: la Iglesia también estaba en contra de la guerra de Irak, pero no se manifestó en contra. ¿Por qué? Por aquí suelen decir que porque son unos hipócritas, con un doble rasero, y con mucha obsesión por el sexo y todo eso. Pues no, preocuparnos por toda esa sexualidad desviada no es obsesión. Obsesión es la de esos lúbricos gays que pretenden embarrarnos en su lodazal... A lo que iba, la Iglesia entendió que aunque el Papa decía que estábamos en contra de la guerra había que estar también con el gobierno español en esos momentos tan difíciles y defender al Occidente del ataque de Sadam y sus armas de destrucción masivas. ¿Que no había tales armas? No importa: era un dictador asesino, e Irak estaba en una situación que había que solucionar. Lo mismo que pasa en el País Vasco con el plan Ibarreche y todo eso. Hasta hace poco el PSOE entendía perfectamente esa responsabilidad de estado, pero el juego oscuro (sí, leo el Mundo también) que plantearon con lo de la matanza del 11-M trastocó todos los planes. No me extraña que tanta gente del PSOE viniera también a la manifestación de las Víctimas del Terrorismo hace dos sábados. Era su deber y siempre habrían acudido a esa manifestación, si no fuera porque ahora están vendidos a los catalanes. Así tienen que pagarles el haber llegado al poder.
¿Que no hay contubernio entre los republicanos catalanes, la Eta y todo el mogollón del PSOE? Anda ya, como que uno es tonto. Por supuesto que no se conseguirá mucho en una comisión parlamentaria que está ya vendida y cerrada desde el primer día, y los jueces no se atreven (algunos, además encantados de destruir España, como esos que aplican la ley para liberar terroristas, seguro de de Juana Chaos mata a alguien la primera semana que lo liberan, y los del PSOE aplaudirán diciendo que son MUY demócratas, que todo esto es necesario para una sociedad moderna, qué asco dan). El otro día en Salamanca, me lo comentaba una señora con la que coincidimos. Ella llevaba una pancarta de esas de "Carod al paredón", qué cierto y qué necesario, no en sentido estricto, sino -ya me entienden, el castellano es así de flexible. Todos suscribimos eso, y nadie está a favor de la pena de muerte ni de los pelotones de fusilamiento. Nadie quiere volver a vivir la España que tuvo que pasar una guerra civil por culpa de los socialistas. Así que no hagan risas o acusen con lo del paredón. Pues no hubo pocos muertos por defender la libertad en esa España roja y republicana que asaltó el poder. Ahora estamos casi en las mismas, pero no les vamos a dejar. Cuántos curas murieron por intentar evitar que las familias fueran destruidas hace casi setenta años, y ahora nadie les recuerda. Más santos tenía que haber hecho el papa Juan Pablo II, para que no los olvidáramos, y pudiéramos encomendarnos a ellos en estos tiempos de confusión y de ataque a la fe.
Porque todo son ataques, como los de ese parlamento que es un parlamento ilícito y que está tomando las peores decisiones posibles. Miren lo del terrorismo: nunca se había conseguido acorralar tanto a esos vascos separatistas como hasta el 2003. Y ahora todo echado a perder, sólo el PP sigue en sus trece. Y algunos intelectuales, pocos, porque lo que está de moda entre esa gentuza de tirar piedras contra el Presidente Aznar y contra el partido que copreside. Este sábado toca hacer los bocadillos pronto, de nuevo nos vamos a Madrid. Lo cierto es que es un lujazo de fiesta de los verdaderos demócratas esto de las manifestaciones que estamos haciendo. Hace dos semanas, por Madrid, éramos más de un millón. Otra: lo de las cifras, qué mala baba gastan estos socialistas... ¿pues no dicen que no éramos ni una cuarta parte de esa cifra? ¿Si no estaban allí, cómo se atreven a decir cuántos éramos? Yo sé que éramos muchos, muchos más que los que ladraban por las esquinas buscando el voto en Galicia cuando lo del Prestige, mira qué mal les fue. Ahora no dicen nada cuando los socialistas han parado toda la inversión del Plan Galicia. Si es que aquí solo ladran cuando les interesa. Nosotros no: sabemos que hay que hablar alto y claro. Y éramos un millón. O más. Y allí estábamos todos con las víctimas, para que no se les perdonen las penas, para que no se permita que la Eta siga matando y que los vascos separatistas lleven a cabo su plan cercenador de la unidad de España.
Algo tendría que decir nuestro Rey, porque el Ejército no puede: con la historia del Yak-42 lo tienen también maniatado. Buena jugada la del ministro Bono, que va de católico y antiterrorista, pero luego da los mayores mazazos a quien ha de ser garante de la unidad española con eso del accidente del avión. Al pobre Trillo lo tienen callado, pero los demás no nos callamos. ¿Pues no quieren venirnos y decir que esas son también víctimas? No la liemos. Es como esa señora del sindicato comunista que se ha querido alzar como representante de las víctimas del 11-M. Cómo lloramos esos días, ante el brutal atentado. Que era la Eta, o que estaba detrás o al lado, nadie lo duda. Lo que pasa es que ahora no quieren reconocerlo, por los de ERC y los vascos. Por supuesto que eran musulmanes asesinos, pero ¿dónde están los autores intelectuales de todo eso? Así que la Manjón no puede ser trigo limpio, qué va. Como no lo son los maricones (con perdón, por si les ofende, pero maricones son, y tortilleras, y eso no son familias sino puro vicio). Nadie es trigo limpio y hay que decirlo claramente.
La pena es que el próximo sábado se acaban las movilizaciones de los españoles contra la vergüenza nacional. Deberíamos seguir, cada sábado, yo tengo libre porque me prejubilé de una empresa pública que privatizó el PP. Y me ha quedado un dinerito. Y no me costaría nada pagarme el viaje. Que no es el caso, porque el concejal de cultura, del PP, claro, se ha buscado la manera de pagarlo y así vamos todos. Este sábado me llevo a mi santa y a mi hija pequeña, que sepa que no se puede ser lesbiana y ciudadana de bien. Mi hijo mayor no quiere venir, pero con él lo tengo difícil. Es un producto, se lo digo siempre, de la política educativa de los socialistas, con mucha marginalidad dentro por haber convivido con tanto impresentable en el instituto. Intento reeducarlo, pero no quiere. Anda con unas oenegés de esas, no de las católicas, sino de esas -miedo me da, que hay mucho maricón por ahí suelto.
En fin, usted, en esta bitácora en la que destila su mala baba contra todo lo que yo represento, contra todo lo que representamos los españoles de bien, no entenderá nada de lo que le digo. Pero así son las cosas, así se las cuento (como decía Buruaga, un poco tieso el chaval, pero también de los nuestros, afortunadamente). Le reto a que se venga a la manifestación o, al menos, a que coloque mi texto en su página. A que no tiene redaños. Digo eso por no poner cojones y porque me encanta la palabra. Son esas pequeñas cosas que tiene el español -el castellano- que lo hacen tan grande. Esas cosas que ustedes desprecian porque no aprendieron a valorarlas.
Entérese, somos la España que merece la pena. Y ustedes sólo quieren destruirla.
Nota:
No me he atrevido a no colocar esta simpática carta, tan clarificadora. Por supuesto, me consta que José M. no existe, aunque lo que más me asusta es cuánta gente hay como él.